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Domaine Zind Humbrecht
Alsace Grand Cru£77,09
£73,23/ud (-5%)
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Domaine Zind Humbrecht
Alsace Grand Cru£77,09
£73,23/ud (-5%)
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Domaine Zind Humbrecht
Alsace Grand Cru£77,22
£73,36/ud (-5%)
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Domaine Zind Humbrecht
Alsace Grand Cru£77,22
£73,36/ud (-5%)
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Mostrando 1 a 14 de 14
Comprar Vino de Domaine Zind Humbrecht
Con raíces que se remontan a 1620, Domaine Zind-Humbrecht es mucho más que una bodega: es un legado vivo del paisaje vitivinícola alsaciano. La historia moderna comienza en 1959, cuando Léonard Humbrecht y Geneviève Zind unieron no solo sus vidas, sino también dos linajes dedicados al vino. Así nació un dominio que hoy representa lo mejor de la expresión de terroir, con una mirada que honra la tradición y abraza la innovación.
Riesgo, intuición y una obsesion por el terruño
Desde sus inicios, Zind Humbrecht apostó por la calidad, aun cuando eso significara trabajar parcelas difíciles, con rendimientos bajos y vendimias manuales. Léonard fue pionero en identificar laderas olvidadas, reconociendo su inmenso potencial. Hoy, bajo la dirección de su hijo Olivier Humbrecht, primer Master of Wine francés, la bodega continúa esa misión con precisión casi obsesiva.
Viñedos imposibles, vinos irrepetibles
Con unas 40 hectáreas de viñedo propio en Alsacia, Zind-Humbrecht posee algunos de los crus más emblemáticos de la región: Rangen de Thann, con sus suelos volcánicos y vinos de una intensidad casi telúrica; Brand, Hengst, Goldert o Clos Windsbuhl, que ofrecen perfiles más florales, especiados o minerales según su geología; y parcelas únicas como Clos Haüserer, Clos Jebsal o Heimbourg, donde cada metro cuadrado cuenta una historia distinta.
Agricultura radicalmente viva
Cada una de estas viñas es trabajada como un organismo vivo: sin herbicidas, con prácticas biodinámicas, compost propio y un profundo respeto por los ciclos naturales. Desde 2002, el dominio está certificado en biodinámica, pero más allá del sello, lo que importa es la filosofía: mínima intervención, máxima expresividad.
La bodega: paciencia, riesgo y cero maquillaje
En bodega, las decisiones se toman con paciencia: prensados lentos, fermentaciones espontáneas, crianza sobre lías, embotellado tardío. Aquí, la tecnología no sustituye la intuición, y el papel del enólogo es acompañar, no imponer.
Dulzor honesto: lo decimos en la etiqueta
Para guiar al consumidor, las etiquetas indican un índice de dulzor (de 1 a 5), que ayuda a entender la sensación gustativa del vino más allá de su gramaje de azúcar residual. Porque en Zind-Humbrecht, cada vino refleja tanto el año como el lugar: hay añadas donde un Riesling puede nacer seco y otras donde se expresa con más voluptuosidad, sin que ello implique alterar su identidad.
Vinos que envejecen como leyendas
La longevidad es una constante: los vinos de Zind Humbrecht están hechos para evolucionar. Rieslings, Pinot Gris e incluso Gewürztraminer alcanzan aquí alturas insospechadas, con capacidad de guarda de décadas.
No hacemos vinos de moda. Hacemos vinos con alma
Y aunque el prestigio internacional es indiscutible, lo que define a Zind-Humbrecht es su fidelidad al origen. No hay modas ni fórmulas; hay convicción. En un mundo de discursos ruidosos, sus vinos hablan en voz baja pero firme. Cada botella es un mapa, un fragmento de geología embotellada, una invitación a escuchar lo que la tierra tiene que decir.
Zind-Humbrecht no busca impresionar, busca conmover. Y en ese gesto hay una forma de grandeza que solo el tiempo y la verdad del terruño pueden sostener.
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£20,34
£19,32/ud (-5%)
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£22,15
£21,04/ud (-5%)
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£40,55
£38,52/ud (-5%)
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Comprar Vino de Domaine Zind Humbrecht
Con raíces que se remontan a 1620, Domaine Zind-Humbrecht es mucho más que una bodega: es un legado vivo del paisaje vitivinícola alsaciano. La historia moderna comienza en 1959, cuando Léonard Humbrecht y Geneviève Zind unieron no solo sus vidas, sino también dos linajes dedicados al vino. Así nació un dominio que hoy representa lo mejor de la expresión de terroir, con una mirada que honra la tradición y abraza la innovación.
Riesgo, intuición y una obsesion por el terruño
Desde sus inicios, Zind Humbrecht apostó por la calidad, aun cuando eso significara trabajar parcelas difíciles, con rendimientos bajos y vendimias manuales. Léonard fue pionero en identificar laderas olvidadas, reconociendo su inmenso potencial. Hoy, bajo la dirección de su hijo Olivier Humbrecht, primer Master of Wine francés, la bodega continúa esa misión con precisión casi obsesiva.
Viñedos imposibles, vinos irrepetibles
Con unas 40 hectáreas de viñedo propio en Alsacia, Zind-Humbrecht posee algunos de los crus más emblemáticos de la región: Rangen de Thann, con sus suelos volcánicos y vinos de una intensidad casi telúrica; Brand, Hengst, Goldert o Clos Windsbuhl, que ofrecen perfiles más florales, especiados o minerales según su geología; y parcelas únicas como Clos Haüserer, Clos Jebsal o Heimbourg, donde cada metro cuadrado cuenta una historia distinta.
Agricultura radicalmente viva
Cada una de estas viñas es trabajada como un organismo vivo: sin herbicidas, con prácticas biodinámicas, compost propio y un profundo respeto por los ciclos naturales. Desde 2002, el dominio está certificado en biodinámica, pero más allá del sello, lo que importa es la filosofía: mínima intervención, máxima expresividad.
La bodega: paciencia, riesgo y cero maquillaje
En bodega, las decisiones se toman con paciencia: prensados lentos, fermentaciones espontáneas, crianza sobre lías, embotellado tardío. Aquí, la tecnología no sustituye la intuición, y el papel del enólogo es acompañar, no imponer.
Dulzor honesto: lo decimos en la etiqueta
Para guiar al consumidor, las etiquetas indican un índice de dulzor (de 1 a 5), que ayuda a entender la sensación gustativa del vino más allá de su gramaje de azúcar residual. Porque en Zind-Humbrecht, cada vino refleja tanto el año como el lugar: hay añadas donde un Riesling puede nacer seco y otras donde se expresa con más voluptuosidad, sin que ello implique alterar su identidad.
Vinos que envejecen como leyendas
La longevidad es una constante: los vinos de Zind Humbrecht están hechos para evolucionar. Rieslings, Pinot Gris e incluso Gewürztraminer alcanzan aquí alturas insospechadas, con capacidad de guarda de décadas.
No hacemos vinos de moda. Hacemos vinos con alma
Y aunque el prestigio internacional es indiscutible, lo que define a Zind-Humbrecht es su fidelidad al origen. No hay modas ni fórmulas; hay convicción. En un mundo de discursos ruidosos, sus vinos hablan en voz baja pero firme. Cada botella es un mapa, un fragmento de geología embotellada, una invitación a escuchar lo que la tierra tiene que decir.
Zind-Humbrecht no busca impresionar, busca conmover. Y en ese gesto hay una forma de grandeza que solo el tiempo y la verdad del terruño pueden sostener.
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