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Comprar Vino de La Gutina
La Gutina es mucho más que una bodega natural: es una filosofía de vida. Todo comenzó hace muchos años, cuando el bisabuelo de Joan Carles, actual propietario, compró las tierras y la masía ubicadas en la zona de Els Aspres de la sierra de L'Albera, cerca de un riachuelo, a tan solo a 2,5 kilómetros del pueblo de Sant Climent Sescebes, Girona (España). En ese entonces, los viñedos habían sido atacados por la plaga filoxera, por lo que solo existían campos y olivares.
Viñedo de La Gutina
La finca está situada entre 90 y 100 metros sobre el nivel del mar. Allí convive en armonía la mezcla perfecta entre olivares, viñedos, dólmenes y montañas. Su padre, Lluís Torres, tuvo la gran idea de volver a elaborar vino en la antigua bodega de la masía. Así fue como plantó 15 hectáreas de viñas de garnacha. Este vino se hacía de manera artesanal y se vendía a granel en su casa familiar de Figueres. Con el tiempo, decidieron frenar su elaboración y vendieron toda la uva a un gran productor. Hasta que en el año 2006, Joan Carles y Barbara, heredaron la finca y decidieron instalarse allí. El objetivo era poder revalorizarla, darle una nueva vida, reinventarse.
Al fin y al cabo, su patrimonio ambiental, paisajístico e histórico es un diamante en bruto. Reivindicar la tierra. Actualmente, se cultivan ocho hectáreas de viñedos, tres de ellas plantadas entre los años 1953 y 1968. Cuentan con el especial microclima mediterráneo, pero con la suma de la tramontana, el viento característico de la zona. El suelo del terreno es de arena de granito (jabre), con pizarra cuarcífera de forma puntual. Todas las parcelas son de secano, y abonan la tierra de manera orgánica. Utilizan caldo bordelés y azufre en polvo, que integran de manera homeopática para combatir las plagas.
Si algo diferencia a La Gutina del resto, es su capacidad para hacerlo todo ellos mismos. Además de que todas las tareas de viñedos son manuales, sólo utilizan cepas propias para sus vinos, y no cuentan con la ayuda de técnicos de campo, ni de enólogos. Todo empieza y termina en casa.
Vinos de La Gutina
Los hay potentes y estructurados, otros fragantes, ligeros y afrutados. Sus vinos naturales no contienen sulfitos añadidos, ni están filtrados, como tampoco clarificados. Se elaboran sin ningún tipo de intervención durante el proceso de fermentación- espontánea, con levaduras autóctonas- y crianza.
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Comprar Vino de La Gutina
La Gutina es mucho más que una bodega natural: es una filosofía de vida. Todo comenzó hace muchos años, cuando el bisabuelo de Joan Carles, actual propietario, compró las tierras y la masía ubicadas en la zona de Els Aspres de la sierra de L'Albera, cerca de un riachuelo, a tan solo a 2,5 kilómetros del pueblo de Sant Climent Sescebes, Girona (España). En ese entonces, los viñedos habían sido atacados por la plaga filoxera, por lo que solo existían campos y olivares.
Viñedo de La Gutina
La finca está situada entre 90 y 100 metros sobre el nivel del mar. Allí convive en armonía la mezcla perfecta entre olivares, viñedos, dólmenes y montañas. Su padre, Lluís Torres, tuvo la gran idea de volver a elaborar vino en la antigua bodega de la masía. Así fue como plantó 15 hectáreas de viñas de garnacha. Este vino se hacía de manera artesanal y se vendía a granel en su casa familiar de Figueres. Con el tiempo, decidieron frenar su elaboración y vendieron toda la uva a un gran productor. Hasta que en el año 2006, Joan Carles y Barbara, heredaron la finca y decidieron instalarse allí. El objetivo era poder revalorizarla, darle una nueva vida, reinventarse.
Al fin y al cabo, su patrimonio ambiental, paisajístico e histórico es un diamante en bruto. Reivindicar la tierra. Actualmente, se cultivan ocho hectáreas de viñedos, tres de ellas plantadas entre los años 1953 y 1968. Cuentan con el especial microclima mediterráneo, pero con la suma de la tramontana, el viento característico de la zona. El suelo del terreno es de arena de granito (jabre), con pizarra cuarcífera de forma puntual. Todas las parcelas son de secano, y abonan la tierra de manera orgánica. Utilizan caldo bordelés y azufre en polvo, que integran de manera homeopática para combatir las plagas.
Si algo diferencia a La Gutina del resto, es su capacidad para hacerlo todo ellos mismos. Además de que todas las tareas de viñedos son manuales, sólo utilizan cepas propias para sus vinos, y no cuentan con la ayuda de técnicos de campo, ni de enólogos. Todo empieza y termina en casa.
Vinos de La Gutina
Los hay potentes y estructurados, otros fragantes, ligeros y afrutados. Sus vinos naturales no contienen sulfitos añadidos, ni están filtrados, como tampoco clarificados. Se elaboran sin ningún tipo de intervención durante el proceso de fermentación- espontánea, con levaduras autóctonas- y crianza.