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Comprar Vino de Hungría
Durante siglos Hungría gozado de una cultura vitivinícola y gastronómica muy singular, siendo una gran defensora de las variedades autóctonas y de unas costumbres vinícolas bien refinadas. Actualmente Hungría cuenta con casi 450 denominaciones repartidas en cuatro grandes regiones vinícolas que a su vez se dividen en 20 regiones vinícolas delimitadas por la ley.
El vino característico de Hungría es el vino blanco especiado, fresco y mineral ideal para acompañar aquellos platos especiados y grasos indicados para los fríos inviernos donde el aporte calórico se agradece. Las vendimias tienen lugar en otoño por lo que el clima es generalmente fresco y la época de madurez es relativamente corta si lo comparamos con el resto de países mediterráneos. Las temperaturas medias son más cálidas a medida que avanzamos al sur y más frías en el norte. La diversidad de terrenos sumado a los diferentes microclimas hacen que la región presente una diversidad de vinos.
Las variedades más representativas de Hungría son Furmint y Hárslevelu (varietales ácidos) para la elaboración de vinos Tokaji secos y dulces. También hay la existencia de otras más suaves como la aromática Leányka y Királyleánkya. Otras variedades aptas para vinos frescos y sin crianza son Sauvignon Blanc e Irsai Olivér, mientras que la Chardonnay, Pinot Gris y Viognier son más propensas para elaboraciones con crianza en barrica. Algunas variedades autóctonas algo desconocidas son Kéknyelu, Ezerjó de Mór (áspera), Mézesfehér (ligeramente dulce) y Juhfark de Somló (neutra).
Las variedades tintas en Hungría son minoritarias y los viñedos se encuentran en el departamento de Eger (Macizo Septentrional), Sopron (Transdanubio Noroeste) y Villány (Transdanubio Sur). La variedad Kadarka produce vinos de mesa correctos de maduración temprana. La Kékfrankos da buenos vinos maduros y de aromas fragantes. Pinot Noir, Merlot y Cabernet Sauvignon son variedades foráneas que con los años han conquistado el panorama vinícola.
Comprar Vino de Hungría
Durante siglos Hungría gozado de una cultura vitivinícola y gastronómica muy singular, siendo una gran defensora de las variedades autóctonas y de unas costumbres vinícolas bien refinadas. Actualmente Hungría cuenta con casi 450 denominaciones repartidas en cuatro grandes regiones vinícolas que a su vez se dividen en 20 regiones vinícolas delimitadas por la ley.
El vino característico de Hungría es el vino blanco especiado, fresco y mineral ideal para acompañar aquellos platos especiados y grasos indicados para los fríos inviernos donde el aporte calórico se agradece. Las vendimias tienen lugar en otoño por lo que el clima es generalmente fresco y la época de madurez es relativamente corta si lo comparamos con el resto de países mediterráneos. Las temperaturas medias son más cálidas a medida que avanzamos al sur y más frías en el norte. La diversidad de terrenos sumado a los diferentes microclimas hacen que la región presente una diversidad de vinos.
Las variedades más representativas de Hungría son Furmint y Hárslevelu (varietales ácidos) para la elaboración de vinos Tokaji secos y dulces. También hay la existencia de otras más suaves como la aromática Leányka y Királyleánkya. Otras variedades aptas para vinos frescos y sin crianza son Sauvignon Blanc e Irsai Olivér, mientras que la Chardonnay, Pinot Gris y Viognier son más propensas para elaboraciones con crianza en barrica. Algunas variedades autóctonas algo desconocidas son Kéknyelu, Ezerjó de Mór (áspera), Mézesfehér (ligeramente dulce) y Juhfark de Somló (neutra).
Las variedades tintas en Hungría son minoritarias y los viñedos se encuentran en el departamento de Eger (Macizo Septentrional), Sopron (Transdanubio Noroeste) y Villány (Transdanubio Sur). La variedad Kadarka produce vinos de mesa correctos de maduración temprana. La Kékfrankos da buenos vinos maduros y de aromas fragantes. Pinot Noir, Merlot y Cabernet Sauvignon son variedades foráneas que con los años han conquistado el panorama vinícola.