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Comprar Vino de Philippe Chatillon
Philippe Chatillon es un viticultor natural que trata a las uvas de una manera especial. Cree que las ondas sonoras ayudan a equilibrar los vinos en la bodega. Para crear esta energía, utiliza un arpa de cristal y cuencos cantores. A esto se le llama bio-armonía.
Viñedo de Philippe Chatillon
Chatillon trabajó durante 18 años como director de finca en el Domaine La Pinte à Arbois, pero luego tuvo la ambición de construir algo propio, como productor de vino artesanal. En 2013, creó su propia bodega plantando vides de savagnin, sobre una colina en Passenans, Côtes du Jura (Francia). Además, plantó otras variedades de uva como melon queue rouge, gamay, pinot noir y chardonnay. Todas de agricultura biológica. Enseguida, este distinguido viticultor optó por seguir su pasión y adoptar métodos orgánicos y biodinámicos. Una técnica que necesita una atención especial y una mayor presencia en los viñedos. De hecho, trabaja en su finca con un pico y un pulverizador de mochila.
Su Domaine, en Poligny en el Jura, ocupa unas 1,95 hectáreas en Arbois, 1 hectárea en Monay Passenans y Côtes du Jura, y 0,20 hectáreas en Château-Chalon. La vendimia se realiza de manera totalmente manual. Las uvas se cosechan con gran cuidado, para preservar su calidad. Se recogen en comportes (cajas pequeñas), que llegan enteras a la bodega, para evitar la oxidación. Chatillon no utiliza herbicidas, ni productos químicos sintéticos. Solo productos naturales: estiércol de cuerno, té de compost que fermenta durante 24 horas. Consiste en una mezcla de algas y hongos que se esparce por el suelo, y así está protegido.
Vinos de Philippe Chatillon
Philippe cree que un buen vino se hace en el viñedo, sin chaptalización ni levadura. Las uvas envejecen en barricas en una antigua bodega del siglo XVII. De esta manera, la crianza aporta energía al vino tinto, y a los blancos, suavidad. Si hay una característica que distingue sobremanera a este viticultor es su lado musical-espiritual. Aporta esta energía, a través del trabajo en bio-armonía con sus vinos. No hay filtración ni clarificación, sino que embotella por gravedad. Aquí, se produce el verdadero encuentro entre la energía del hombre y la de la naturaleza. Una sinergia en toda regla.
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Comprar Vino de Philippe Chatillon
Philippe Chatillon es un viticultor natural que trata a las uvas de una manera especial. Cree que las ondas sonoras ayudan a equilibrar los vinos en la bodega. Para crear esta energía, utiliza un arpa de cristal y cuencos cantores. A esto se le llama bio-armonía.
Viñedo de Philippe Chatillon
Chatillon trabajó durante 18 años como director de finca en el Domaine La Pinte à Arbois, pero luego tuvo la ambición de construir algo propio, como productor de vino artesanal. En 2013, creó su propia bodega plantando vides de savagnin, sobre una colina en Passenans, Côtes du Jura (Francia). Además, plantó otras variedades de uva como melon queue rouge, gamay, pinot noir y chardonnay. Todas de agricultura biológica. Enseguida, este distinguido viticultor optó por seguir su pasión y adoptar métodos orgánicos y biodinámicos. Una técnica que necesita una atención especial y una mayor presencia en los viñedos. De hecho, trabaja en su finca con un pico y un pulverizador de mochila.
Su Domaine, en Poligny en el Jura, ocupa unas 1,95 hectáreas en Arbois, 1 hectárea en Monay Passenans y Côtes du Jura, y 0,20 hectáreas en Château-Chalon. La vendimia se realiza de manera totalmente manual. Las uvas se cosechan con gran cuidado, para preservar su calidad. Se recogen en comportes (cajas pequeñas), que llegan enteras a la bodega, para evitar la oxidación. Chatillon no utiliza herbicidas, ni productos químicos sintéticos. Solo productos naturales: estiércol de cuerno, té de compost que fermenta durante 24 horas. Consiste en una mezcla de algas y hongos que se esparce por el suelo, y así está protegido.
Vinos de Philippe Chatillon
Philippe cree que un buen vino se hace en el viñedo, sin chaptalización ni levadura. Las uvas envejecen en barricas en una antigua bodega del siglo XVII. De esta manera, la crianza aporta energía al vino tinto, y a los blancos, suavidad. Si hay una característica que distingue sobremanera a este viticultor es su lado musical-espiritual. Aporta esta energía, a través del trabajo en bio-armonía con sus vinos. No hay filtración ni clarificación, sino que embotella por gravedad. Aquí, se produce el verdadero encuentro entre la energía del hombre y la de la naturaleza. Una sinergia en toda regla.