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Comprar Vino de Bodega y Viñedos La Senda
Bodega y Viñedos La Senda está ubicada en el Bárcena del Bierzo, una comarca vinícola situada en el noroeste de España, dentro de la provincia de León. Esta zona es conocida por su diversidad geográfica y climática, y es el hogar de viñedos que producen algunos de los vinos más singulares de la región. La bodega fue fundada en 2014 por Diego Losada, un enólogo nativo de Ponferrada, que decidió romper con las convenciones del vino tradicional y explorar nuevas formas de elaboración más cercanas a la naturaleza.
Viñedos
La denominación de origen Bierzo se distingue por su combinación única de suelo, clima y variedades de uva. En Bodega La Senda, los viñedos se encuentran en terrenos montañosos, a una altitud que varía entre los 400 y 800 metros sobre el nivel del mar. Los suelos son increíblemente diversos, una de las características clave que otorgan complejidad a los vinos. Se pueden encontrar desde arcilla, cuarzo y pizarra hasta incluso trazas de oro en ciertas parcelas. Esta variedad de suelos ayuda a que las uvas absorban diferentes nutrientes, aportando una rica expresión mineral a los vinos.
La bodega cultiva viñas viejas, muchas de ellas con más de 50 años de antigüedad, lo que resulta en un rendimiento bajo pero de gran calidad. Estas viñas se enfrentan a condiciones difíciles, que desafían tanto a las plantas como al equipo de trabajo, pero que también contribuyen a que los vinos tengan una fuerte personalidad. El clima del Bierzo es una mezcla de influencias atlánticas y mediterráneas, con inviernos fríos y veranos cálidos y húmedos. Esto permite una maduración lenta de las uvas, que contribuye al equilibrio y frescura en los vinos.
Las variedades de uva principales que Diego cultiva son la Mencía y la Garnacha Tintorera, variedades autóctonas que se han adaptado perfectamente a las condiciones del Bierzo. Estas cepas son capaces de captar las particularidades del suelo y del clima, produciendo vinos que son frescos, minerales y cargados de carácter. La combinación de viejas vides, bajos rendimientos y una vinificación minimalista, da lugar a vinos que son profundamente expresivos del terroir de la región.
Filosofía
La filosofía de Diego Losada en Bodega La Senda está firmemente arraigada en el concepto de que menos es más. El proyecto tiene como objetivo elaborar vinos honestos y naturales, libres de cualquier intervención innecesaria que pueda alterar la esencia de la uva y del suelo. Este enfoque minimalista implica que los procesos de vinificación son lo más simples posibles, buscando resaltar la verdadera expresión de la tierra y las variedades de uva.
Uno de los principios fundamentales en la elaboración de sus vinos es el uso de técnicas biodinámicas y sostenibles. Losada utiliza preparados biodinámicos en los viñedos para fortalecer las vides de manera natural, sin recurrir a pesticidas o productos químicos agresivos. Esto ayuda a mantener la biodiversidad del ecosistema del viñedo y asegura que las uvas se cultiven de la manera más respetuosa posible con el medio ambiente.
En la bodega, Losada prefiere usar recipientes de cemento y madera vieja, que permiten que el vino respire sin añadir sabores indeseados. El envejecimiento se realiza de forma lenta y cuidadosa, sin forzar el proceso. Para Diego, el vino debe madurar por sí mismo, sin que se le impongan reglas estrictas. Evita el uso de sulfitos, y no filtra ni clarifica sus vinos, lo que da como resultado un producto final que es lo más cercano posible a la fruta original y su entorno.
Este enfoque también se refleja en la forma en que maneja el viñedo. Diego interviene lo menos posible en el proceso de cultivo, permitiendo que la naturaleza siga su curso. Sin embargo, guía y protege las viñas como lo haría un padre con su hijo, dándoles la libertad para crecer pero asegurándose de que tengan lo que necesitan para prosperar. Para él, el vino es como un ser vivo que necesita tiempo y espacio para desarrollarse plenamente.
El leitmotiv del proyecto es producir vinos que sean una expresión pura del terroir del Bierzo. Cada parcela tiene su propia personalidad, y Losada cree que su trabajo es permitir que esa personalidad brille en el vino. Para él, la intervención mínima no significa descuido, sino un respeto profundo por el proceso natural de la vida en la viña y en la bodega. Su filosofía es que el vino debe reflejar el lugar del que proviene, y su papel es facilitar ese reflejo sin interferir en la esencia de la uva.
En cuanto a las técnicas de vinificación, Diego utiliza maceraciones cortas para extraer lo esencial de la uva sin alterar su pureza. Esta técnica permite obtener vinos con estructura pero también con frescura y elegancia, sin sobrecargar de taninos ni componentes amargos. La fermentación es espontánea, utilizando levaduras autóctonas que ya están presentes en la uva y en el entorno, lo que refuerza el carácter local y único de cada vino.
Una parte esencial de su enfoque es el uso de recipientes neutros para el envejecimiento, como el cemento o la madera vieja. Estos recipientes permiten que el vino respire sin impartir sabores fuertes de roble nuevo, manteniendo así la pureza de la fruta y la expresión del terroir. El resultado son vinos que son frescos, minerales y llenos de vida, vinos que pueden evolucionar en la botella pero que siempre mantienen una esencia pura y honesta.
Comprar Vino de Bodega y Viñedos La Senda
Bodega y Viñedos La Senda está ubicada en el Bárcena del Bierzo, una comarca vinícola situada en el noroeste de España, dentro de la provincia de León. Esta zona es conocida por su diversidad geográfica y climática, y es el hogar de viñedos que producen algunos de los vinos más singulares de la región. La bodega fue fundada en 2014 por Diego Losada, un enólogo nativo de Ponferrada, que decidió romper con las convenciones del vino tradicional y explorar nuevas formas de elaboración más cercanas a la naturaleza.
Viñedos
La denominación de origen Bierzo se distingue por su combinación única de suelo, clima y variedades de uva. En Bodega La Senda, los viñedos se encuentran en terrenos montañosos, a una altitud que varía entre los 400 y 800 metros sobre el nivel del mar. Los suelos son increíblemente diversos, una de las características clave que otorgan complejidad a los vinos. Se pueden encontrar desde arcilla, cuarzo y pizarra hasta incluso trazas de oro en ciertas parcelas. Esta variedad de suelos ayuda a que las uvas absorban diferentes nutrientes, aportando una rica expresión mineral a los vinos.
La bodega cultiva viñas viejas, muchas de ellas con más de 50 años de antigüedad, lo que resulta en un rendimiento bajo pero de gran calidad. Estas viñas se enfrentan a condiciones difíciles, que desafían tanto a las plantas como al equipo de trabajo, pero que también contribuyen a que los vinos tengan una fuerte personalidad. El clima del Bierzo es una mezcla de influencias atlánticas y mediterráneas, con inviernos fríos y veranos cálidos y húmedos. Esto permite una maduración lenta de las uvas, que contribuye al equilibrio y frescura en los vinos.
Las variedades de uva principales que Diego cultiva son la Mencía y la Garnacha Tintorera, variedades autóctonas que se han adaptado perfectamente a las condiciones del Bierzo. Estas cepas son capaces de captar las particularidades del suelo y del clima, produciendo vinos que son frescos, minerales y cargados de carácter. La combinación de viejas vides, bajos rendimientos y una vinificación minimalista, da lugar a vinos que son profundamente expresivos del terroir de la región.
Filosofía
La filosofía de Diego Losada en Bodega La Senda está firmemente arraigada en el concepto de que menos es más. El proyecto tiene como objetivo elaborar vinos honestos y naturales, libres de cualquier intervención innecesaria que pueda alterar la esencia de la uva y del suelo. Este enfoque minimalista implica que los procesos de vinificación son lo más simples posibles, buscando resaltar la verdadera expresión de la tierra y las variedades de uva.
Uno de los principios fundamentales en la elaboración de sus vinos es el uso de técnicas biodinámicas y sostenibles. Losada utiliza preparados biodinámicos en los viñedos para fortalecer las vides de manera natural, sin recurrir a pesticidas o productos químicos agresivos. Esto ayuda a mantener la biodiversidad del ecosistema del viñedo y asegura que las uvas se cultiven de la manera más respetuosa posible con el medio ambiente.
En la bodega, Losada prefiere usar recipientes de cemento y madera vieja, que permiten que el vino respire sin añadir sabores indeseados. El envejecimiento se realiza de forma lenta y cuidadosa, sin forzar el proceso. Para Diego, el vino debe madurar por sí mismo, sin que se le impongan reglas estrictas. Evita el uso de sulfitos, y no filtra ni clarifica sus vinos, lo que da como resultado un producto final que es lo más cercano posible a la fruta original y su entorno.
Este enfoque también se refleja en la forma en que maneja el viñedo. Diego interviene lo menos posible en el proceso de cultivo, permitiendo que la naturaleza siga su curso. Sin embargo, guía y protege las viñas como lo haría un padre con su hijo, dándoles la libertad para crecer pero asegurándose de que tengan lo que necesitan para prosperar. Para él, el vino es como un ser vivo que necesita tiempo y espacio para desarrollarse plenamente.
El leitmotiv del proyecto es producir vinos que sean una expresión pura del terroir del Bierzo. Cada parcela tiene su propia personalidad, y Losada cree que su trabajo es permitir que esa personalidad brille en el vino. Para él, la intervención mínima no significa descuido, sino un respeto profundo por el proceso natural de la vida en la viña y en la bodega. Su filosofía es que el vino debe reflejar el lugar del que proviene, y su papel es facilitar ese reflejo sin interferir en la esencia de la uva.
En cuanto a las técnicas de vinificación, Diego utiliza maceraciones cortas para extraer lo esencial de la uva sin alterar su pureza. Esta técnica permite obtener vinos con estructura pero también con frescura y elegancia, sin sobrecargar de taninos ni componentes amargos. La fermentación es espontánea, utilizando levaduras autóctonas que ya están presentes en la uva y en el entorno, lo que refuerza el carácter local y único de cada vino.
Una parte esencial de su enfoque es el uso de recipientes neutros para el envejecimiento, como el cemento o la madera vieja. Estos recipientes permiten que el vino respire sin impartir sabores fuertes de roble nuevo, manteniendo así la pureza de la fruta y la expresión del terroir. El resultado son vinos que son frescos, minerales y llenos de vida, vinos que pueden evolucionar en la botella pero que siempre mantienen una esencia pura y honesta.