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Vieux Télégraphe
Châteauneuf du Pape88,95€
84,50€/ud (-5%)
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Comprar Vino de Vieux Télégraphe
Con más de un siglo de tradición familiar, Vieux Télégraphe se erige como un emblema de Châteauneuf-du-Pape. Desde 1891, la familia Brunier ha cultivado con devoción las tierras de la legendaria meseta de la Crau, una superficie pedregosa que confiere a sus vinos una mineralidad inconfundible, como si cada gota hubiera sido filtrada a través de su manto de cantos rodados.
Brunier - Apellido con denominación de origen
La historia comienza con Henri Brunier, quien en 1891 inició esta saga familiaren Bédarrides, en el sureste de la denominación. Fue su hijo Hippolyte quien, desafiando las adversidades de un suelo aparentemente inhóspito, plantó las primeras viñas en la meseta de la Crau. Allí, en 1821, Claude Chappe, inventor del telégrafo óptico, erigió una torre de señales que inspiraría el nombre del dominio.
Jules, hijo de Hippolyte, amplió la finca a 17 hectáreas y consolidó el nombre Vieux Télégraphe. Tras la Segunda Guerra Mundial, Henri, cuarta generación, revitalizó la propiedad y la extendió a 55 hectáreas, definiendo un estilo distintivo. Desde los años 1980, sus hijos Frédéric y Daniel han continuado esta labor, cultivando hoy 70 hectáreas en Châteauneuf-du-Pape.
La Crau - Donde las piedras hablan en vino
La meseta de la Crau es el alma de Vieux Télégraphe. Esta superficie, cubierta por una capa de cantos rodados, presenta un terroir excepcional. Los suelos de depósitos aluviales, piedra caliza, sílice y arcilla roja permiten que las viñas, algunas centenarias, hundan sus raíces profundamente, extrayendo una esencia que da lugar a vinos de carácter único.
La composición varietal refleja la riqueza de la región: 65% Garnacha, 15% Syrah, 15% Mourvèdre y un 5% de Cinsault y variedades blancas como Garnacha Blanca, Clairette, Roussanne y Bourboulenc, aportando complejidad y profundidad a cada botella.
Tecnología, tradición y paciencia - El tridente mágico
Vieux Télégraphe combina tradición y modernidad. Las uvas, cosechadas a mano, se someten a una meticulosa selección. La fermentación se realiza en depósitos de cemento y madera durante 25 a 35 días. Tras un reposo en depósitos de cemento durante 10 meses, el vino envejece 12 meses más en grandes fudres de roble, completando una crianza de 22 meses antes del embotellado sin filtrar.
Tintos poderosos, blancos que deslumbran
Vieux Télégraphe Rouge es la joya de la casa, reconocido por su concentración y sabores intensos de cereza oscura y notas de garriga. Las mejores añadas pueden evolucionar más de 20 años. Vieux Télégraphe Blanc, elaborado con Clairette, Garnacha Blanca, Roussanne y Bourboulenc, fermenta en barricas y acero inoxidable. Tras tres a cuatro años, adquiere una riqueza que evoca a los grandes blancos de Hermitage.
Además, la familia Brunier produce Télégramme, un Châteauneuf-du-Pape más accesible en su juventud, procedente de viñas jóvenes y parcelas fuera de la meseta de la Crau. Con 80% Garnacha, 10% Syrah, 6% Mourvèdre y 4% Cinsault, envejece en depósitos y fudres, ofreciendo una expresión frutal y encantadora de la denominación.
También elaboran Piedlong, una interpretación refinada y mineral del terroir, proveniente del lieu-dit del mismo nombre en el corazón de Châteauneuf-du-Pape. Compuesto por un 90% de Garnacha de viñas viejas y un 10% de Mourvèdre, se vinifica en cemento y envejece durante dos años entre depósitos y fudres. El resultado: un vino delicado, floral y profundamente expresivo, que refleja la cima del viñedo con elegancia y sutileza.
Un legado líquido que trasciende generaciones
La dedicación de la familia Brunier y su respeto por el terroir han cimentado la reputación de Vieux Télégraphe como uno de los productores más emblemáticos de Châteauneuf-du-Pape. Cada botella es testimonio de una herencia que, generación tras generación, sigue deleitando a los amantes del vino en todo el mundo.
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Comprar Vino de Vieux Télégraphe
Con más de un siglo de tradición familiar, Vieux Télégraphe se erige como un emblema de Châteauneuf-du-Pape. Desde 1891, la familia Brunier ha cultivado con devoción las tierras de la legendaria meseta de la Crau, una superficie pedregosa que confiere a sus vinos una mineralidad inconfundible, como si cada gota hubiera sido filtrada a través de su manto de cantos rodados.
Brunier - Apellido con denominación de origen
La historia comienza con Henri Brunier, quien en 1891 inició esta saga familiaren Bédarrides, en el sureste de la denominación. Fue su hijo Hippolyte quien, desafiando las adversidades de un suelo aparentemente inhóspito, plantó las primeras viñas en la meseta de la Crau. Allí, en 1821, Claude Chappe, inventor del telégrafo óptico, erigió una torre de señales que inspiraría el nombre del dominio.
Jules, hijo de Hippolyte, amplió la finca a 17 hectáreas y consolidó el nombre Vieux Télégraphe. Tras la Segunda Guerra Mundial, Henri, cuarta generación, revitalizó la propiedad y la extendió a 55 hectáreas, definiendo un estilo distintivo. Desde los años 1980, sus hijos Frédéric y Daniel han continuado esta labor, cultivando hoy 70 hectáreas en Châteauneuf-du-Pape.
La Crau - Donde las piedras hablan en vino
La meseta de la Crau es el alma de Vieux Télégraphe. Esta superficie, cubierta por una capa de cantos rodados, presenta un terroir excepcional. Los suelos de depósitos aluviales, piedra caliza, sílice y arcilla roja permiten que las viñas, algunas centenarias, hundan sus raíces profundamente, extrayendo una esencia que da lugar a vinos de carácter único.
La composición varietal refleja la riqueza de la región: 65% Garnacha, 15% Syrah, 15% Mourvèdre y un 5% de Cinsault y variedades blancas como Garnacha Blanca, Clairette, Roussanne y Bourboulenc, aportando complejidad y profundidad a cada botella.
Tecnología, tradición y paciencia - El tridente mágico
Vieux Télégraphe combina tradición y modernidad. Las uvas, cosechadas a mano, se someten a una meticulosa selección. La fermentación se realiza en depósitos de cemento y madera durante 25 a 35 días. Tras un reposo en depósitos de cemento durante 10 meses, el vino envejece 12 meses más en grandes fudres de roble, completando una crianza de 22 meses antes del embotellado sin filtrar.
Tintos poderosos, blancos que deslumbran
Vieux Télégraphe Rouge es la joya de la casa, reconocido por su concentración y sabores intensos de cereza oscura y notas de garriga. Las mejores añadas pueden evolucionar más de 20 años. Vieux Télégraphe Blanc, elaborado con Clairette, Garnacha Blanca, Roussanne y Bourboulenc, fermenta en barricas y acero inoxidable. Tras tres a cuatro años, adquiere una riqueza que evoca a los grandes blancos de Hermitage.
Además, la familia Brunier produce Télégramme, un Châteauneuf-du-Pape más accesible en su juventud, procedente de viñas jóvenes y parcelas fuera de la meseta de la Crau. Con 80% Garnacha, 10% Syrah, 6% Mourvèdre y 4% Cinsault, envejece en depósitos y fudres, ofreciendo una expresión frutal y encantadora de la denominación.
También elaboran Piedlong, una interpretación refinada y mineral del terroir, proveniente del lieu-dit del mismo nombre en el corazón de Châteauneuf-du-Pape. Compuesto por un 90% de Garnacha de viñas viejas y un 10% de Mourvèdre, se vinifica en cemento y envejece durante dos años entre depósitos y fudres. El resultado: un vino delicado, floral y profundamente expresivo, que refleja la cima del viñedo con elegancia y sutileza.
Un legado líquido que trasciende generaciones
La dedicación de la familia Brunier y su respeto por el terroir han cimentado la reputación de Vieux Télégraphe como uno de los productores más emblemáticos de Châteauneuf-du-Pape. Cada botella es testimonio de una herencia que, generación tras generación, sigue deleitando a los amantes del vino en todo el mundo.