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Emmanuel Giboulot
Côte de Beaune52,50€
49,87€/ud (-5%)
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Emmanuel Giboulot
Hautes Côtes de Nuits61,80€
58,71€/ud (-5%)
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Emmanuel Giboulot
Côte de Beaune64,25€
61,04€/ud (-5%)
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Emmanuel Giboulot
Côte de Beaune68,75€
65,31€/ud (-5%)
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Emmanuel Giboulot
Côte de Beaune78,20€
74,29€/ud (-5%)
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Comprar Vino de Emmanuel Giboulot
Domaine Emmanuel Giboulot se encuentra en Beaune, en el corazón de la región vinícola de Borgoña, Francia. Emmanuel Giboulot representa la segunda generación de una familia dedicada a la agricultura biológica.
Su padre, Paul Giboulot, fue un pionero en la viticultura orgánica en la década de 1970. Inspirado por esta herencia, Emmanuel fundó su propio viñedo en 1985. En ese momento, la agricultura biológica era incomprendida, y conseguir viñedos para alquilar fue todo un desafío debido al escepticismo sobre este método. A pesar de las dificultades, Giboulot persistió y comenzó con una pequeña parcela de 0,8 hectáreas. A lo largo de los años, logró expandir su dominio, adquiriendo viñedos en Beaune, Rully y Hautes-Côtes de Nuits, hasta alcanzar casi 12 hectáreas en la actualidad.Desde 1996, todos los viñedos de Emmanuel Giboulot se gestionan bajo principios biodinámicos, una evolución natural de la agricultura biológica que prioriza la vitalidad del suelo y el respeto por la biodiversidad. Giboulot ha ganado reconocimiento internacional por su compromiso con la viticultura sostenible y ha sido una figura influyente en la lucha por mantener prácticas respetuosas con el medio ambiente en la elaboración del vino.
Viñedos
Los viñedos de Emmanuel Giboulot cubren aproximadamente 12 hectáreas repartidas por diferentes zonas de la región de Borgoña. Cultiva variedades clásicas como Pinot Noir, Chardonnay, Gamay y una uva menos común, el Pinot Beurrot. La diversidad de sus parcelas le permite trabajar con una amplia variedad de terroirs, cada uno con características particulares que se reflejan en la calidad de sus vinos.
El suelo de sus viñedos varía dependiendo de la ubicación. En Côte de Beaune, las parcelas como La Grande Châtelaine, Les Pierres Blanches y La Combe d’Eve presentan suelos ricos en caliza, que contribuyen a la frescura y mineralidad de los vinos blancos. Por otro lado, en Rully y Saint-Romain, las condiciones del suelo permiten una expresión más afrutada y equilibrada de las variedades que cultiva.
El clima de Borgoña, caracterizado por inviernos fríos y veranos cálidos, es perfecto para el cultivo de la vid, aunque la región no está exenta de desafíos. Las heladas primaverales y las lluvias irregulares pueden afectar el rendimiento y la calidad de la cosecha, pero Emmanuel Giboulot utiliza prácticas biodinámicas para mitigar estos efectos y asegurar la salud de sus viñas.
Filosofía
La filosofía de Emmanuel Giboulot en la elaboración del vino se basa en el respeto por la naturaleza y la mínima intervención en el proceso de vinificación. Sus prácticas siguen los principios de la biodinámica, lo que implica sincronizar las labores del viñedo con los ciclos lunares y elaborar su propio compost para mejorar la salud del suelo. Giboulot cree firmemente que el vino de mayor calidad surge cuando se permite que la naturaleza se exprese sin interferencias, lo que le ha llevado a evitar el uso de productos químicos y a trabajar exclusivamente con levaduras autóctonas.
En la bodega, sigue una metodología de intervención mínima, lo que incluye evitar el uso de barricas nuevas, ya que considera que el roble puede enmascarar los sabores auténticos del vino. En lugar de ello, utiliza una prensa de tornillo mecánica para manipular adecuadamente las uvas y limitar el contacto con los sedimentos. De esta manera, consigue que los vinos conserven su pureza, frescura y carácter distintivo del terroir. Además, evita la agitación de los vinos durante la fermentación para que los aromas primarios y el equilibrio del vino se mantengan intactos.
El enfoque de Giboulot también está centrado en la sostenibilidad y en la preservación del medio ambiente. Entiende que el viñedo es un ecosistema vivo, y por ello trabaja en la regeneración del suelo y en el fomento de la biodiversidad. Esta filosofía se refleja en la manera en que sus vinos expresan con autenticidad el carácter del terroir, lo que ha hecho que sus vinos sean admirados por su pureza y tipicidad.
Los vinos de Emmanuel Giboulot son conocidos por su limpieza, pureza y delicadeza, atributos que logra gracias a su estricta adherencia a las prácticas biodinámicas y su enfoque en la mínima intervención. No utiliza roble nuevo en la crianza de sus vinos, ya que prefiere que el fruto y la mineralidad de las uvas sean los protagonistas. El proceso de vinificación está diseñado para respetar al máximo la materia prima, manteniendo los vinos fieles a sus orígenes y permitiendo que el terroir se exprese sin artificios.
Cada parcela se vinifica por separado para respetar las características individuales de cada viñedo. Esto incluye tener en cuenta factores como la orientación, el tipo de suelo, la proximidad a zonas forestales o cuerpos de agua, y la edad de las vides. Emmanuel Giboulot también presta especial atención a las condiciones del año de la cosecha, como la temperatura y la pluviometría, que pueden influir en la maduración de las uvas y, por ende, en el perfil final de sus vinos.
El leitmotiv de Emmanuel Giboulot es producir vinos que sean una verdadera expresión del terroir y que respeten tanto la tradición como el entorno natural en el que se cultivan. Para Giboulot, el vino es un reflejo de la tierra y del trabajo colectivo de todos los que participan en su elaboración. La autenticidad y la simplicidad son valores centrales en su proyecto, buscando siempre crear vinos que cuenten una historia y transmitan la esencia del lugar de donde provienen.
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Comprar Vino de Emmanuel Giboulot
Domaine Emmanuel Giboulot se encuentra en Beaune, en el corazón de la región vinícola de Borgoña, Francia. Emmanuel Giboulot representa la segunda generación de una familia dedicada a la agricultura biológica.
Su padre, Paul Giboulot, fue un pionero en la viticultura orgánica en la década de 1970. Inspirado por esta herencia, Emmanuel fundó su propio viñedo en 1985. En ese momento, la agricultura biológica era incomprendida, y conseguir viñedos para alquilar fue todo un desafío debido al escepticismo sobre este método. A pesar de las dificultades, Giboulot persistió y comenzó con una pequeña parcela de 0,8 hectáreas. A lo largo de los años, logró expandir su dominio, adquiriendo viñedos en Beaune, Rully y Hautes-Côtes de Nuits, hasta alcanzar casi 12 hectáreas en la actualidad.Desde 1996, todos los viñedos de Emmanuel Giboulot se gestionan bajo principios biodinámicos, una evolución natural de la agricultura biológica que prioriza la vitalidad del suelo y el respeto por la biodiversidad. Giboulot ha ganado reconocimiento internacional por su compromiso con la viticultura sostenible y ha sido una figura influyente en la lucha por mantener prácticas respetuosas con el medio ambiente en la elaboración del vino.
Viñedos
Los viñedos de Emmanuel Giboulot cubren aproximadamente 12 hectáreas repartidas por diferentes zonas de la región de Borgoña. Cultiva variedades clásicas como Pinot Noir, Chardonnay, Gamay y una uva menos común, el Pinot Beurrot. La diversidad de sus parcelas le permite trabajar con una amplia variedad de terroirs, cada uno con características particulares que se reflejan en la calidad de sus vinos.
El suelo de sus viñedos varía dependiendo de la ubicación. En Côte de Beaune, las parcelas como La Grande Châtelaine, Les Pierres Blanches y La Combe d’Eve presentan suelos ricos en caliza, que contribuyen a la frescura y mineralidad de los vinos blancos. Por otro lado, en Rully y Saint-Romain, las condiciones del suelo permiten una expresión más afrutada y equilibrada de las variedades que cultiva.
El clima de Borgoña, caracterizado por inviernos fríos y veranos cálidos, es perfecto para el cultivo de la vid, aunque la región no está exenta de desafíos. Las heladas primaverales y las lluvias irregulares pueden afectar el rendimiento y la calidad de la cosecha, pero Emmanuel Giboulot utiliza prácticas biodinámicas para mitigar estos efectos y asegurar la salud de sus viñas.
Filosofía
La filosofía de Emmanuel Giboulot en la elaboración del vino se basa en el respeto por la naturaleza y la mínima intervención en el proceso de vinificación. Sus prácticas siguen los principios de la biodinámica, lo que implica sincronizar las labores del viñedo con los ciclos lunares y elaborar su propio compost para mejorar la salud del suelo. Giboulot cree firmemente que el vino de mayor calidad surge cuando se permite que la naturaleza se exprese sin interferencias, lo que le ha llevado a evitar el uso de productos químicos y a trabajar exclusivamente con levaduras autóctonas.
En la bodega, sigue una metodología de intervención mínima, lo que incluye evitar el uso de barricas nuevas, ya que considera que el roble puede enmascarar los sabores auténticos del vino. En lugar de ello, utiliza una prensa de tornillo mecánica para manipular adecuadamente las uvas y limitar el contacto con los sedimentos. De esta manera, consigue que los vinos conserven su pureza, frescura y carácter distintivo del terroir. Además, evita la agitación de los vinos durante la fermentación para que los aromas primarios y el equilibrio del vino se mantengan intactos.
El enfoque de Giboulot también está centrado en la sostenibilidad y en la preservación del medio ambiente. Entiende que el viñedo es un ecosistema vivo, y por ello trabaja en la regeneración del suelo y en el fomento de la biodiversidad. Esta filosofía se refleja en la manera en que sus vinos expresan con autenticidad el carácter del terroir, lo que ha hecho que sus vinos sean admirados por su pureza y tipicidad.
Los vinos de Emmanuel Giboulot son conocidos por su limpieza, pureza y delicadeza, atributos que logra gracias a su estricta adherencia a las prácticas biodinámicas y su enfoque en la mínima intervención. No utiliza roble nuevo en la crianza de sus vinos, ya que prefiere que el fruto y la mineralidad de las uvas sean los protagonistas. El proceso de vinificación está diseñado para respetar al máximo la materia prima, manteniendo los vinos fieles a sus orígenes y permitiendo que el terroir se exprese sin artificios.
Cada parcela se vinifica por separado para respetar las características individuales de cada viñedo. Esto incluye tener en cuenta factores como la orientación, el tipo de suelo, la proximidad a zonas forestales o cuerpos de agua, y la edad de las vides. Emmanuel Giboulot también presta especial atención a las condiciones del año de la cosecha, como la temperatura y la pluviometría, que pueden influir en la maduración de las uvas y, por ende, en el perfil final de sus vinos.
El leitmotiv de Emmanuel Giboulot es producir vinos que sean una verdadera expresión del terroir y que respeten tanto la tradición como el entorno natural en el que se cultivan. Para Giboulot, el vino es un reflejo de la tierra y del trabajo colectivo de todos los que participan en su elaboración. La autenticidad y la simplicidad son valores centrales en su proyecto, buscando siempre crear vinos que cuenten una historia y transmitan la esencia del lugar de donde provienen.