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Comprar Vino de Finca Villacreces
Finca Villacreces se encuentra en la vallisoletana localidad de Quintanilla de Onésimo y pertenece a la D.O. Ribera de Duero. El nombre de la bodega se debe al primer poblador de la finca: Pedro de Villacreces, un fraile franciscano quien se instaló junto con otros clérigos como San Pedro Regalado en la tradicional costumbre eclesiástica del “ora et labora”. Con la desmortización de Mendizábal la finca pasó a ser propiedad del Marqués Teodosio Alonso-Pesquera; su hijo vendió la finca a la familia cuadrado en los inicios del s.XX quien la utilizaba como recreo. Se da la casualidad que Peter Sisseck hizo uso de la misma así como parte de viña de la propiedad para elaborar Flor de Pingus; actualmente y tras la compra por parte de los hermanos Gonzalo y Lalo Antón a la familia Cuadrado, la bodega se remodela y se reinaugura en el año 2007. Los hermanos Antón poseen a su vez las bodegas Izadi en la Rioja y las bodegas Vetus en Toro.
El paraje donde se encuentra Finca Villacreces cuenta con 64 Ha de viña de un total de 110 Ha que se complementan con un pinar centenario. La finca se divide en 15 parcelas diferentes con viña plantada de Tinto Fino, Cabernet Sauvignon y Merlot. El tipo de terreno varía en función de la proximidad al río donde encontraremos terrenos más pedregosos, o a la proximidad al pinar donde los terrenos son más arenosos. Es importante destacar el efecto termorregulador del pinar que protege al viñedo de los fuertes cambios térmicos entre día y noche. Los bajos rendimientos que no superan los 2 Kg por cepa son fundamentales a la hora de elaborar un vino con identidad propia, un vino de finca.
La bodega, recientemente reformada, como antes comentábamos, se encuentra en el centro de la finca y cuenta con una doble mesa de selección: la primera para evaluar la calidad del racimo y la segunda aplicando el sistema mistral que separa las bayas en función de la calidad a través de un sistema de ventilación; cada parcela se elabora de forma independiente y tras la fermentación de la uva, ésta pasará a la crianza en barricas de roble francés de las más reputadas tonelerías.
Pruno representa el más joven de sus vinos donde la facilidad para beber es la característica que mejor lo define, sin tener que ir a buscar mucho más allá; Finca Villacreces es quizás el vino que mejor define a la bodega, estructurado, de tanino fino y con tostados que nos recuerdan a su crianza en barrica; por último Nebro que proviene de una parcela de viña vieja plantada en 1917 y de poco más de 1 Ha de superficie, el más complejo de todos ellos y también el más graso y voluminoso.
Finca Villacreces: del “ora et labora” al Château Ribereño.
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Comprar Vino de Finca Villacreces
Finca Villacreces se encuentra en la vallisoletana localidad de Quintanilla de Onésimo y pertenece a la D.O. Ribera de Duero. El nombre de la bodega se debe al primer poblador de la finca: Pedro de Villacreces, un fraile franciscano quien se instaló junto con otros clérigos como San Pedro Regalado en la tradicional costumbre eclesiástica del “ora et labora”. Con la desmortización de Mendizábal la finca pasó a ser propiedad del Marqués Teodosio Alonso-Pesquera; su hijo vendió la finca a la familia cuadrado en los inicios del s.XX quien la utilizaba como recreo. Se da la casualidad que Peter Sisseck hizo uso de la misma así como parte de viña de la propiedad para elaborar Flor de Pingus; actualmente y tras la compra por parte de los hermanos Gonzalo y Lalo Antón a la familia Cuadrado, la bodega se remodela y se reinaugura en el año 2007. Los hermanos Antón poseen a su vez las bodegas Izadi en la Rioja y las bodegas Vetus en Toro.
El paraje donde se encuentra Finca Villacreces cuenta con 64 Ha de viña de un total de 110 Ha que se complementan con un pinar centenario. La finca se divide en 15 parcelas diferentes con viña plantada de Tinto Fino, Cabernet Sauvignon y Merlot. El tipo de terreno varía en función de la proximidad al río donde encontraremos terrenos más pedregosos, o a la proximidad al pinar donde los terrenos son más arenosos. Es importante destacar el efecto termorregulador del pinar que protege al viñedo de los fuertes cambios térmicos entre día y noche. Los bajos rendimientos que no superan los 2 Kg por cepa son fundamentales a la hora de elaborar un vino con identidad propia, un vino de finca.
La bodega, recientemente reformada, como antes comentábamos, se encuentra en el centro de la finca y cuenta con una doble mesa de selección: la primera para evaluar la calidad del racimo y la segunda aplicando el sistema mistral que separa las bayas en función de la calidad a través de un sistema de ventilación; cada parcela se elabora de forma independiente y tras la fermentación de la uva, ésta pasará a la crianza en barricas de roble francés de las más reputadas tonelerías.
Pruno representa el más joven de sus vinos donde la facilidad para beber es la característica que mejor lo define, sin tener que ir a buscar mucho más allá; Finca Villacreces es quizás el vino que mejor define a la bodega, estructurado, de tanino fino y con tostados que nos recuerdan a su crianza en barrica; por último Nebro que proviene de una parcela de viña vieja plantada en 1917 y de poco más de 1 Ha de superficie, el más complejo de todos ellos y también el más graso y voluminoso.
Finca Villacreces: del “ora et labora” al Château Ribereño.