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Comprar Vino de Vinos de Madrid
La Denominación de Origen Vinos de Madrid consta de un total de 8.528 hectáreas de viñedo en el centro de la península ibérica, divididas entre cuatro subzonas: Arganda, Navalcarnero, San Martín de Valdeiglesias y El Molar. En esta DO se elaboran vinos tintos, blancos, rosados y espumosos, y las variedades de uva más extendidas son la Garnacha tinta y el Tempranillo.
Historia de la DO Vinos de Madrid
La producción de vino en Madrid cobró relevancia en los siglos XIII y XIV, y es entonces cuando empieza a delinearse la “denominación” Vinos de Tierra de Madrid. Ya en el siglo XV, el prestigio de los vinos de esta región se cuela en las citas literarias de grandes autores de la época, como Miguel Cervantes o Lope de Vega, entre otros. A su vez, la creciente producción en la ciudad empuja a crecientes medidas proteccionistas por parte de la autoridad municipal.
Para el siglo XX, Madrid contaba con más de 60.000 hectáreas de viñedo, hasta que en 1914 se detecta por vez primera la filoxera en San Martín de Valdeiglesias. La extensión de la plaga arruina el viñedo madrileño, reduciendo para 1935 la superficie a poco más de la mitad. La Guerra Civil Española también hizo lo suyo, y achicó aún más la cantidad de hectáreas plantadas.
Recién en 1984, con el reconocimiento de la Denominación Específica Vinos de Madrid, empieza a abrirse un nuevo capítulo para esta región, y en 1986 el Ministerio de Agricultura aprueba la Denominación Específica Vinos de Madrid. Finalmente, en noviembre de 1990 se reconoce oficialmente la Denominación de Origen Vinos de Madrid.
Actualmente esta DO cuenta con 8.528 hectáreas de viñedo inscrito, repartidas en 12.387 parcelas y con 3.038 viticultores. Es decir, que se mantiene poco más de un tercio de la superficie de viñedo que existía en la provincia hace 40 años, fundamentalmente por los efectos del crecimiento urbano.
Características geográficas y climatológicas de la DO Vinos de Madrid
La DO Vinos de Madrid, localizada en pleno centro de la península ibérica, ocupa una superficie de 13000 hectáreas repartidas en cuatro subzonas de producción. Los viñedos acogidos a esta DO se sitúan a una altitud que va desde los 480 hasta los 1.000 metros sobre el nivel del mar, abarcando desde las zonas más bajas (Aldea del Fresno, Aranjuez, Titulcia y Villa del Prado), hasta las más altas en la Sierra (Cenicientos, Rozas de Puerto Real y Cadalso de los Vidrios).
En cuanto al clima es, en su conjunto, un clima mediterráneo continental seco. Las precipitaciones sobrepasan apenas los 400 mm anuales, y las temperaturas, como en toda la meseta castellana, son muy extremas. Sin embargo, cada subzona tiene particularidades climatológicas propias, en tanto varían las precipitaciones, las temperaturas y las horas de sol a las que están expuestas cada una.
Los suelos de cada subzona de Vinos de Madrid
El relieve y los suelos varían en las cuatro subzonas de Vinos de Madrid. En la subzona de Arganda la topografía es ondulada, con predominancia de formas sedimentarias y suelos fuertes formados por margas y calizas blancas. El viñedo se ubica en tres unidades orográficas concretas: en las vegas y llanuras aluviales de los ríos Jarama, Tajuña y Tajo, en terrazas y laderas formadas por la erosión fluvial, como también en los territorios comprendidos entre los ríos.
En Navalcarnero, el relieve es suave y los suelos también son sedimentarios, aunque de origen silíceo. En esta subzona, el viñedo se encuentra tanto en campiñas y como en áreas de vega. La textura franco arenosa es la más usual, con pH ácidos o próximos a la neutralidad (entre 5,5 y 7,5).
La subzona de San Martín de Valdeiglesias comparte este mismo pH, con ausencia total de carbonatos y con una textura franco-arenosa predominante. Esta subzona presenta un relieve más movido, con suelos muy arenosos y pobres en caliza. El viñedo se asienta en laderas y piedemontes de las inmediaciones del sector más oriental de la Sierra de Gredos, como también en las llanuras aluviales del río Alberche.
Por último, la subzona de El Molar se asienta sobre materiales muy diversos, desde granitos, cuarcitas, pizarras, esquistos, gneises y areniscas, hasta margas, margocalizas, calizas y arcosas, lo cual le imprime a sus suelos una complejidad especial. A su vez, la horquilla del pH es muy amplia, y puede variar desde muy ácidos a muy básicos. En este área, el viñedo se sitúa tanto en campiñas como en zonas aluviales del río Jarama.
Variedades de uva de la DO Vinos de Madrid
La variedad más extendida en toda la DO es la Garnacha tinta, ya que representa el 75% del viñedo en las subzonas de Navalcarnero, San Martín y El Molar. La segunda es el Tempranillo, mayoritaria en Arganda.
En las subzonas Arganda y Navalcarnero, la variedad de uva blanca preferente es la autóctona Malvar, mientras que en San Martín es la tradicional Albillo Real.
Con respecto a las variedades de uva tinta, las más destacadas son Tinto Fino o Tempranillo en Arganda y Garnacha Tinta en Navalcarnero, El Molar y San Martín de Valdeiglesias.
Sin embargo, hay tras variedades de vid autorizadas en la Denominación de Origen, algunas tradicionales y otras foráneas, como Negral (Garnacha Tintorera), Graciano, Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Airén, Moscatel de Grano Menudo, Torrontés (Alarije), Macabeo, Parellada y Sauvignon Blanc.
Los vinos de la DO Vinos de Madrid
La DO Vinos de Madrid ofrece vinos tintos, rosados, blancos e incluso espumosos.
Vinos tintos
Los vinos tintos de la DO Vinos de Madrid son vinos rojos, que puede tirar más hacia las tonalidades violáceas cuando son vinos jóvenes, y más hacia el rubí cuando atraviesan un período de envejecimiento. Se trata de vinos frutales, con notas de madera, frutos secos, especias y plantas aromáticas en los vinos envejecidos en barricas de roble.
En boca, son vinos tánicos y potentes. Los vinos jóvenes son frutales y en los vinos con crianza se puede percibir el paso por barrica de roble.
Los vinos tintos de San Martín de Valdeiglesias son vinos robustos, ricos en cuerpo y color, muy afrutados y suculentos y de baja acidez. Por su parte, los tintos de Navalcarnero presentan rasgos similares con los anteriores, si bien la graduación alcohólica es más moderada. En la subzona de Arganda, en cambio, los tintos son más nobles y equilibrados.
Vinos blancos
Los vinos blancos son de un color amarillo pajizo pálido, con tonalidades más verdosas cuando se trata de vinos jóvenes o más doradas cuando tienen tiempo de envejecimiento en barrica de roble. En nariz, son vinos afrutados que, en el caso de los vinos con crianza, presentan también aromas especiados y de madera.
Son vinos frescos, con un punto de acidez y ligeros. Los vinos blancos más característicos de esta DO son los de Arganda, elaborados a partir de la variedad Malvar.
Vinos rosados
En cuanto a los vinos rosados, son de color salmón, aunque más anaranjados en los casos de mayor envejecimiento. Son vinos frutales y florales que, con el envejecimiento, adquieren también notas especiadas. Son vinos frescos, ligeramente ácidos y con una ligera tanicidad.
Vinos espumosos
Los vinos espumosos de esta DO pueden variar en su color desde el amarillo pajizo pálido hasta un tono ligeramente dorado, según su tiempo de envejecimiento. De burbuja fina y persistente, son frescos e incisivos.
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Comprar Vino de Vinos de Madrid
La Denominación de Origen Vinos de Madrid consta de un total de 8.528 hectáreas de viñedo en el centro de la península ibérica, divididas entre cuatro subzonas: Arganda, Navalcarnero, San Martín de Valdeiglesias y El Molar. En esta DO se elaboran vinos tintos, blancos, rosados y espumosos, y las variedades de uva más extendidas son la Garnacha tinta y el Tempranillo.
Historia de la DO Vinos de Madrid
La producción de vino en Madrid cobró relevancia en los siglos XIII y XIV, y es entonces cuando empieza a delinearse la “denominación” Vinos de Tierra de Madrid. Ya en el siglo XV, el prestigio de los vinos de esta región se cuela en las citas literarias de grandes autores de la época, como Miguel Cervantes o Lope de Vega, entre otros. A su vez, la creciente producción en la ciudad empuja a crecientes medidas proteccionistas por parte de la autoridad municipal.
Para el siglo XX, Madrid contaba con más de 60.000 hectáreas de viñedo, hasta que en 1914 se detecta por vez primera la filoxera en San Martín de Valdeiglesias. La extensión de la plaga arruina el viñedo madrileño, reduciendo para 1935 la superficie a poco más de la mitad. La Guerra Civil Española también hizo lo suyo, y achicó aún más la cantidad de hectáreas plantadas.
Recién en 1984, con el reconocimiento de la Denominación Específica Vinos de Madrid, empieza a abrirse un nuevo capítulo para esta región, y en 1986 el Ministerio de Agricultura aprueba la Denominación Específica Vinos de Madrid. Finalmente, en noviembre de 1990 se reconoce oficialmente la Denominación de Origen Vinos de Madrid.
Actualmente esta DO cuenta con 8.528 hectáreas de viñedo inscrito, repartidas en 12.387 parcelas y con 3.038 viticultores. Es decir, que se mantiene poco más de un tercio de la superficie de viñedo que existía en la provincia hace 40 años, fundamentalmente por los efectos del crecimiento urbano.
Características geográficas y climatológicas de la DO Vinos de Madrid
La DO Vinos de Madrid, localizada en pleno centro de la península ibérica, ocupa una superficie de 13000 hectáreas repartidas en cuatro subzonas de producción. Los viñedos acogidos a esta DO se sitúan a una altitud que va desde los 480 hasta los 1.000 metros sobre el nivel del mar, abarcando desde las zonas más bajas (Aldea del Fresno, Aranjuez, Titulcia y Villa del Prado), hasta las más altas en la Sierra (Cenicientos, Rozas de Puerto Real y Cadalso de los Vidrios).
En cuanto al clima es, en su conjunto, un clima mediterráneo continental seco. Las precipitaciones sobrepasan apenas los 400 mm anuales, y las temperaturas, como en toda la meseta castellana, son muy extremas. Sin embargo, cada subzona tiene particularidades climatológicas propias, en tanto varían las precipitaciones, las temperaturas y las horas de sol a las que están expuestas cada una.
Los suelos de cada subzona de Vinos de Madrid
El relieve y los suelos varían en las cuatro subzonas de Vinos de Madrid. En la subzona de Arganda la topografía es ondulada, con predominancia de formas sedimentarias y suelos fuertes formados por margas y calizas blancas. El viñedo se ubica en tres unidades orográficas concretas: en las vegas y llanuras aluviales de los ríos Jarama, Tajuña y Tajo, en terrazas y laderas formadas por la erosión fluvial, como también en los territorios comprendidos entre los ríos.
En Navalcarnero, el relieve es suave y los suelos también son sedimentarios, aunque de origen silíceo. En esta subzona, el viñedo se encuentra tanto en campiñas y como en áreas de vega. La textura franco arenosa es la más usual, con pH ácidos o próximos a la neutralidad (entre 5,5 y 7,5).
La subzona de San Martín de Valdeiglesias comparte este mismo pH, con ausencia total de carbonatos y con una textura franco-arenosa predominante. Esta subzona presenta un relieve más movido, con suelos muy arenosos y pobres en caliza. El viñedo se asienta en laderas y piedemontes de las inmediaciones del sector más oriental de la Sierra de Gredos, como también en las llanuras aluviales del río Alberche.
Por último, la subzona de El Molar se asienta sobre materiales muy diversos, desde granitos, cuarcitas, pizarras, esquistos, gneises y areniscas, hasta margas, margocalizas, calizas y arcosas, lo cual le imprime a sus suelos una complejidad especial. A su vez, la horquilla del pH es muy amplia, y puede variar desde muy ácidos a muy básicos. En este área, el viñedo se sitúa tanto en campiñas como en zonas aluviales del río Jarama.
Variedades de uva de la DO Vinos de Madrid
La variedad más extendida en toda la DO es la Garnacha tinta, ya que representa el 75% del viñedo en las subzonas de Navalcarnero, San Martín y El Molar. La segunda es el Tempranillo, mayoritaria en Arganda.
En las subzonas Arganda y Navalcarnero, la variedad de uva blanca preferente es la autóctona Malvar, mientras que en San Martín es la tradicional Albillo Real.
Con respecto a las variedades de uva tinta, las más destacadas son Tinto Fino o Tempranillo en Arganda y Garnacha Tinta en Navalcarnero, El Molar y San Martín de Valdeiglesias.
Sin embargo, hay tras variedades de vid autorizadas en la Denominación de Origen, algunas tradicionales y otras foráneas, como Negral (Garnacha Tintorera), Graciano, Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Airén, Moscatel de Grano Menudo, Torrontés (Alarije), Macabeo, Parellada y Sauvignon Blanc.
Los vinos de la DO Vinos de Madrid
La DO Vinos de Madrid ofrece vinos tintos, rosados, blancos e incluso espumosos.
Vinos tintos
Los vinos tintos de la DO Vinos de Madrid son vinos rojos, que puede tirar más hacia las tonalidades violáceas cuando son vinos jóvenes, y más hacia el rubí cuando atraviesan un período de envejecimiento. Se trata de vinos frutales, con notas de madera, frutos secos, especias y plantas aromáticas en los vinos envejecidos en barricas de roble.
En boca, son vinos tánicos y potentes. Los vinos jóvenes son frutales y en los vinos con crianza se puede percibir el paso por barrica de roble.
Los vinos tintos de San Martín de Valdeiglesias son vinos robustos, ricos en cuerpo y color, muy afrutados y suculentos y de baja acidez. Por su parte, los tintos de Navalcarnero presentan rasgos similares con los anteriores, si bien la graduación alcohólica es más moderada. En la subzona de Arganda, en cambio, los tintos son más nobles y equilibrados.
Vinos blancos
Los vinos blancos son de un color amarillo pajizo pálido, con tonalidades más verdosas cuando se trata de vinos jóvenes o más doradas cuando tienen tiempo de envejecimiento en barrica de roble. En nariz, son vinos afrutados que, en el caso de los vinos con crianza, presentan también aromas especiados y de madera.
Son vinos frescos, con un punto de acidez y ligeros. Los vinos blancos más característicos de esta DO son los de Arganda, elaborados a partir de la variedad Malvar.
Vinos rosados
En cuanto a los vinos rosados, son de color salmón, aunque más anaranjados en los casos de mayor envejecimiento. Son vinos frutales y florales que, con el envejecimiento, adquieren también notas especiadas. Son vinos frescos, ligeramente ácidos y con una ligera tanicidad.
Vinos espumosos
Los vinos espumosos de esta DO pueden variar en su color desde el amarillo pajizo pálido hasta un tono ligeramente dorado, según su tiempo de envejecimiento. De burbuja fina y persistente, son frescos e incisivos.