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Comprar Vino de Bodegas La Tapada
En 1985, los hermanos Guitián, liderados por Ramón, tomaron una decisión visionaria: replantar su finca familiar en Rubiá de Valdeorras exclusivamente con Godello, una variedad autóctona entonces casi olvidada. Ese gesto valiente sentó las bases de una bodega que hoy representa la esencia de su tierra. El proyecto se arraigó sobre un viñedo de 10 hectáreas dentro de una finca de 12, flanqueada por un bosque de castaños centenarios, guardianes silentes de la historia familiar.
Terroir en altura y en poesía
A Tapada se encuentra a 500 metros de altitud, en una ladera orientada al sur que capta la luz justa del sol gallego y se protege de los vientos fríos. El clima atlántico con tintes continentales y los suelos de pizarra ordovícica, profundos y bien drenados, crean un entorno ideal para que el Godello se exprese con intensidad, equilibrio y una marcada personalidad aromática.
El viñedo, plantado en 1985 con un clon prefiloxérico, sigue un modelo de alta densidad (más de 3.100 cepas por hectárea) y poda en doble Guyot. Se practica una viticultura sostenible, sin herbicidas, con abonos orgánicos sólo cuando son necesarios, y control de plagas a base de cobre y azufre. El entorno natural, bien aireado, ayuda a prevenir enfermedades, favoreciendo una agricultura de mínima intervención.
Una bodega nacida del viñedo
En los noventa se construyó una bodega concebida para trabajar exclusivamente con la uva del pago A Tapada. Diseñada por Ramón Guitián y los enólogos Pepe Hidalgo y Ana Martín, la instalación responde a una idea clara: vinificar con coherencia y fidelidad al viñedo de origen.
Pioneros en España en el uso de lías sin intervención de madera y en barricas de acacia, A Tapada ha apostado siempre por la innovación discreta, sin alardes. También ha demostrado que el Godello puede envejecer con elegancia, desarrollando crianzas en botella de hasta 50 meses, que revelan capas de complejidad y frescura a partes iguales.
Reconocimiento internacional
En 1996, el primer Guitián Fermentado en Barrica, nacido de la cosecha excepcional de 1995, fue premiado en el Challenge International du Vin en Burdeos, entre más de 4.800 vinos. Fue un hito que posicionó a la bodega en el mapa internacional. Desde entonces, María Carmen en la administración y Senén en el viñedo, junto a Hidalgo y Martín en la parte técnica, han mantenido ese nivel de excelencia.
Cada botella Guitián refleja el paisaje, la historia y el terroir de su origen. Sin seguir tendencias pasajeras, cada paso del proceso —desde la vendimia manual en cajas hasta la fermentación controlada— está guiado por el deseo de expresar con autenticidad el carácter del viñedo.
Los vinos de A Tapada no necesitan estridencias: entran con suavidad, pero su complejidad, riqueza aromática y estructura se despliegan con elegancia. Cada sorbo es una experiencia que transmite confianza, humildad y una identidad bien definida.
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25,38₣
24,11₣/ud (-5%)
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Comprar Vino de Bodegas La Tapada
En 1985, los hermanos Guitián, liderados por Ramón, tomaron una decisión visionaria: replantar su finca familiar en Rubiá de Valdeorras exclusivamente con Godello, una variedad autóctona entonces casi olvidada. Ese gesto valiente sentó las bases de una bodega que hoy representa la esencia de su tierra. El proyecto se arraigó sobre un viñedo de 10 hectáreas dentro de una finca de 12, flanqueada por un bosque de castaños centenarios, guardianes silentes de la historia familiar.
Terroir en altura y en poesía
A Tapada se encuentra a 500 metros de altitud, en una ladera orientada al sur que capta la luz justa del sol gallego y se protege de los vientos fríos. El clima atlántico con tintes continentales y los suelos de pizarra ordovícica, profundos y bien drenados, crean un entorno ideal para que el Godello se exprese con intensidad, equilibrio y una marcada personalidad aromática.
El viñedo, plantado en 1985 con un clon prefiloxérico, sigue un modelo de alta densidad (más de 3.100 cepas por hectárea) y poda en doble Guyot. Se practica una viticultura sostenible, sin herbicidas, con abonos orgánicos sólo cuando son necesarios, y control de plagas a base de cobre y azufre. El entorno natural, bien aireado, ayuda a prevenir enfermedades, favoreciendo una agricultura de mínima intervención.
Una bodega nacida del viñedo
En los noventa se construyó una bodega concebida para trabajar exclusivamente con la uva del pago A Tapada. Diseñada por Ramón Guitián y los enólogos Pepe Hidalgo y Ana Martín, la instalación responde a una idea clara: vinificar con coherencia y fidelidad al viñedo de origen.
Pioneros en España en el uso de lías sin intervención de madera y en barricas de acacia, A Tapada ha apostado siempre por la innovación discreta, sin alardes. También ha demostrado que el Godello puede envejecer con elegancia, desarrollando crianzas en botella de hasta 50 meses, que revelan capas de complejidad y frescura a partes iguales.
Reconocimiento internacional
En 1996, el primer Guitián Fermentado en Barrica, nacido de la cosecha excepcional de 1995, fue premiado en el Challenge International du Vin en Burdeos, entre más de 4.800 vinos. Fue un hito que posicionó a la bodega en el mapa internacional. Desde entonces, María Carmen en la administración y Senén en el viñedo, junto a Hidalgo y Martín en la parte técnica, han mantenido ese nivel de excelencia.
Cada botella Guitián refleja el paisaje, la historia y el terroir de su origen. Sin seguir tendencias pasajeras, cada paso del proceso —desde la vendimia manual en cajas hasta la fermentación controlada— está guiado por el deseo de expresar con autenticidad el carácter del viñedo.
Los vinos de A Tapada no necesitan estridencias: entran con suavidad, pero su complejidad, riqueza aromática y estructura se despliegan con elegancia. Cada sorbo es una experiencia que transmite confianza, humildad y una identidad bien definida.