Francesc Grimalt, de 4 Kilos Vinícola: “Los vinos no se hacen con números. Se hacen con sentimiento y con poesía”

La bodega “4 Kilos Vinícola” fue creada por Francesc Grimalt y Sergio Caballero en 2006 en Mallorca, con la idea de desarrollar vinos auténticos y de una personalidad diferenciada, que pudieran reflejar la uva y sus matices. 4 Kilos (4 millones de pesetas) fue lo que ambos socios invirtieron inicialmente para llevar adelante su proyecto, una inversión modesta, convirtiéndose para ellos en una declaración de principios, ya que es una demostración más de que para ellos la calidad del vino no depende de tener una gran espalda económica, sino de velar por la calidad del producto. “Reivindicamos que para nosotros siempre lo más importante es la viticultura”, dice Francesc Grimalt, en esta entrevista exclusiva con Gourmet Hunters. 

¿Cómo surgió 4 Kilos?

La bodega surgió de un equipo, entre mi socio y yo. Le pusimos 2 millones de pesetas cada uno y el nombre es ‘4 Kilos’ porque reivindicamos que para nosotros siempre lo más importante es la viticultura. La viticultura es lo que hace diferencia. Si tienes una buena uva, ya tienes mucho. El nombre es ‘4 Kilos’ porque representa la inversión inicial de pesetas que hicimos. Y reivindicamos que en aquel momento, donde no había crisis, donde todo el mundo hacía grandes bodegas, nosotros hicimos una bodega en el garaje de un amigo nuestro que tenía licencia para hacer vinos.

 

¿Cómo describirías la filosofía detrás de su bodega?

Nuestra filosofía básicamente está en un par de ejes que son buscar el máximo estudio del entorno, del suelo, de los microclimas, de las variedades, para después hacer la mínima intervención. Intentar entender el entorno para poder expresarlo lo mejor posible en la botella.

¿Por qué para ustedes es importante la mínima intervención?

Bueno, para poder reflejar mejor nuestro entorno. Menos es más. 

¿Qué características del entorno puede percibir alguien que pruebe un vino de 4 kilos? 

Al Mediterráneo la gente siempre lo asemeja a la calidez, pero tienen una frescura brutal y eso es lo que intentamos reflejar.

 

¿Por qué su apuesta por vinos naturales?

Bueno, nosotros tenemos líneas de vino naturales porque no hay adición de sulfuroso, y luego tenemos adiciones muy bajas de sulfuroso. Cuanto más podamos reflejar del viñedo y del entorno, nuestros vinos serán más reconocibles y más personalidad tendrán. Porque al utilizar muchas técnicas lo que se hace es homogenizar el producto. Por otro lado, también muchas veces los ciertos “defectos”, se pueden homogenizar también. O sea, lo que intentamos buscar es la máxima diferenciación respecto a nuestro vecino. No porque nuestro vecino sea ni mejor ni peor, porque si lo que buscas es tener personalidad, tienes algo, porque si lo que buscas es precios, pues vete a la cola. Los pequeños defectos generan personalidad.

¿Qué destacarías sobre los métodos que utilizan para elaborar sus vinos?

Nosotros estamos buscando métodos más propios. Como decía Gérard Gauby, el Mediterráneo tiene que buscar su propia identidad. Esto es cierto. Tenemos que buscar nuestros propios métodos de elaboración, nuestras propias crianzas, para expresar mucho mejor el frescor del Mediterráneo. Nosotros buscamos que tanto los métodos de viticultura como los métodos de elaboración tengan una identidad propia. Por ejemplo, no se puede elaborar de la misma forma un Manto Negro que un Cabernet. El problema es que todo el mundo homogeniza los sistemas de vinificación y producción. Tenemos que saber qué buscamos en ciertas variedades. Los vinos no se hacen con números, los vinos se hacen con una cierta forma de entender. Los vinos se hacen con sentimiento y se hacen con poesía.

 

Hace falta una sensibilidad…

Sí, claro. Y también hace falta cometer muchos errores. Yo llevo 29 años haciendo vino y he cometido muchos errores. 

¿Cómo se perfilan frente al mercado interno y externo?

Bueno, estoy muy contento porque tenemos una aceptación tanto en el mercado interno como externo, por parte de gente que ha apostado por nosotros desde hace mucho tiempo y gente que entiende nuestros cambios y que entiende nuestra forma de ser.

 

¿Qué le dirías a alguien que prueba por primera vez un vino de 4 kilos?

Que no espere vinos con mucho músculo y mucha potencia, porque son vinos donde se busca la elegancia y la sutileza. Porque el Callet es más próximo a una Sangiovese o a una Pinot Noir. No da vinos con mucho músculo, yo creo que se encontrarán vinos con más fragancia y más paso en boca. Elegante pero sin mucha potencia. Se van a encontrar vinos con una estructura completamente diferente. Son vinos más próximos a Jura que a Bordeaux.

 

¿Qué podemos esperar a futuro? ¿Qué horizonte tienen?

En los 12 años que tiene 4 kilos siempre hemos de avanzado hacia un mayor respeto al medio ambiente, por eso tenemos certificado en orgánico. Y buscamos entender nuestro entorno. Estas son nuestras líneas de filosofía. Entender nuestro entorno también nos deriva a hacer productos más diferenciados. Luego pueden gustar más o menos, pero son más diferenciables.

Nosotros estamos aplicando ahora biocontrol en los vinos. Intentamos llevar a la práctica tecnologías donde haya una gran diversidad de levaduras y nos genere más complejidad en los vinos, incluso en la agricultura. Estamos ahora insertando bandas florales, agroforesterie y agroecología, buscando más intervención de todos los elementos. Y yo no soy hippie, esto es ciencia. Lo que intentamos también es de disfrutar. Lo que más nos gusta es disfrutar de la naturaleza y de mi trabajo, que me encanta. Soy un privilegiado. Este es mi futuro. 

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