¿Cómo conservar una botella de vino después de abierta? 

Si te gusta el vino, seguramente sabrás que al abrir una botella y no consumirla en su totalidad, comienza a correr el tiempo en contra. Y es que esta bebida, al entrar en contacto con el oxígeno, suele perder propiedades y alterar sus sabores y aromas originales. Sabemos que un vino recién abierto podrá mantener sus cualidades dentro de 3 y 5 días después de abierto, pero para alargar este tiempo es necesario seguir ciertas recomendaciones.

¿Cómo conservar el vino después de abierto?

En primer lugar, debes saber que uno de los factores que más impacto tiene sobre el vino, es el aire, no solo cuando hablamos de elementos negativos, sino también por su contribución, para que el vino exprese sus cualidades aromáticas. Sin embargo, con el paso de las horas, el aire también contribuye a la oxidación química del mismo, generando cambios que aunque no pueden detenerse, si puedes hacer que ocurran más lento. Por ello, queremos explicarte cómo conservar una botella de vino abierta para poder disfrutarla en los próximos días.

Cierra la botella de vino correctamente

La primera regla que debes considerar para conservar una botella de vino después de abierta, es conservar el corcho. Y es que el almacenaje correcto puede hacer que la bebida dure de 3 a 5 días; eso sí, si logras cerrarla herméticamente con su propio corcho. El aire es un elemento que contribuye a la oxidación del vino, convirtiéndolo incluso en vinagre. Por ello hay que evitar que entre en contacto con el oxígeno. Así que el corcho es fundamental, pero si además añades un poco de papel encerado alrededor de éste, el sellado será más hermético y el contacto con el aire será mínimo. ¿Qué sucede si el corcho se daña? Esto es posible que pase, y ante esto es mejor  que cierres la botella con un tapón especial para vino. Lo importante es asegurarse de que la botella no quede expuesta al aire. Otra alternativa que puedes considerar si sabes que no vas a consumir toda la botella, es comprar vinos que ya vengan con tapones sintéticos, pues estos suelen ser más resistentes que los de corcho natural.

Mantén la botella en posición vertical y a oscuras

Por lo general, las botellas de vino en casa se mantienen de forma horizontal, sin embargo, cuando ya se encuentran abiertas es muy importante que el almacenado se realice en posición vertical, pues de esta manera se minimiza el contacto del aire con el líquido, previniendo con esto su oxidación. Guardar la botella en una zona oscura de la casa, también es un elemento a considerar, pues la incidencia de la luz favorece que se produzcan reacciones químicas que alteran el sabor y textura del vino.

Procura que la botella se ubique en un lugar fresco

Otro gran enemigo del vino ya abierto, es la temperatura, por ello es muy importante evitar que el lugar de almacenaje sea muy cálido o que sometas la bebida a cambios drásticos de temperatura. Por esta razón, lo más recomendable es guardarla en un lugar fresco, o incluso en la nevera, ya que el frío es una excelente opción que ayuda a conservar el vino y a ralentizar la degradación de sus propiedades al abrirla. Sin embargo, esto va a depender del tipo de vino. Además, sabemos que algunos vinos tintos livianos e incluso los blancos, saben mucho mejor cuando se sirven ligeramente fríos.

Retira el aire de la botella

Hoy en día hay cientos de opciones en el mercado con respecto a equipos que succionan el aire de las botellas. Esta es una buena alternativa para conservar el vino y que este permanezca en condiciones óptimas de consumo, incluso hasta por dos semanas. Sin embargo, hay estudios científicos que indican que este tipo de aparatos solo succiona un 70% del aire, así que el periodo de conservación estaría reducido a la mitad.

Uso de gas inerte

Esta opción quizás es un poco más difícil de aplicar, por ser más sofisticada. Pero es una alternativa muy utilizada en bares y restaurantes, donde en ocasiones el consumo de vino suele ser por copas, lo cual resulta más rentable. Sin embargo, es una opción que también puedes llevar a tu hogar, teniendo en cuenta, que no es de las más económicas. La misma consiste en incorporar gas inerte a la botella, lo cual hace que este expulse el oxígeno y proteja al vino. El mismo se realiza con un aparato con una aguja que penetra al corcho de la botella, extrayendo de esta manera el líquido, sin necesidad de sacar el corcho, y donde se reemplaza el espacio vacío con gas inerte. Una alternativa que te permite disfrutar de un vino en óptimas condiciones, hasta tres meses después.

Tapones para vinos espumantes

Cuando hablamos de que estas técnicas eran efectivas dependiendo del tipo de vino, nos referíamos a que desafortunadamente estas recomendaciones no funcionan para los vinos espumosos. Y es que por ejemplo, el equipo extractor de aire quitaría por completo las burbujas del vino, dejándolo sin este elemento que seguramente es la característica que mejor lo define. Para estos casos, lo más recomendable es utilizar un tapón de Champagne, que además de ser muy económico, conserva las burbujas de tu vino hasta 5 días después de abierto. Otro elemento a considerar en este tipo de espumantes, es llevarlos a un lugar oscuro, pues estos suelen ser más sensibles a la luz que los vinos definidos como tranquilos. Además, también podría alterarse el color y sabor. ¡Y hasta aquí el artículo de hoy! Ahora ya sabes cómo disfrutar de una copa de vino en ocasiones especiales, sin necesidad de consumir el resto de la botella y lo mejor, sin tener que desechar el líquido restante.
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