El Merlot es mucho más que un vino suave. Aquí te ofrecemos una pequeña guía para saber qué puedes esperar de un vino elaborado con esta gran variedad de uva y así aprovechar al máximo su potencial.

Algunos tips a tener en cuenta
A diferencia de lo que muchos pueden suponer, la variedad más plantada en Francia no es ni el Cabernet Sauvignon ni el Pinot Noir, sino el Merlot. Se trata de una uva de piel fina y muy sensible, lo que hace que su cultivo sea más complejo que el Cabernet, aunque tienen una ventaja sobre esta uva, que es que maduran hasta dos semanas antes.
¿Cómo podemos distinguir un Merlot a simple vista?
Dado que el Merlot es muy sensible a la luz, hay un detalle que puede ayudarnos a distinguirlo de otros vinos, como el Cabernet Sauvignon, que es que los vinos elaborados con Merlot se tiñen de naranja en el borde.

Sabor(es) del Merlot
El vino con Merlot es un vino de frutos rojos y taninos suaves. Sin embargo, puede presentar varios matices según el lugar donde se cultiva y si es en un clima cálido o frío. Por ejemplo, un Merlot de clima frío, como puede ser el francés, italiano o chileno, es más estructurado, con más taninos y sabores terrosos.
En cuanto a los Merlot de clima cálido, como el californiano, australiano o argentino, es más afrutado y el tanino es mucho más suave. Para darle una mayor estructura al vino, algunos le dan una crianza en roble.

Maridaje del Merlot
Gracias a que el Merlot puede ubicarse, dentro del espectro de vinos, en el medio, puede combinarse con una variedad increíble de platos. Se trata de un vino suave, con tanino medio y sin mucha acidez. Eso hace que, en general, el pollo y otras carnes magras y ligeras sean su pareja ideal. Lo que nunca falla es añadir una buena salsa.